Hace mucho tiempo que los científicos dejaron de pensar que los
recuerdos se guardaban en zonas del cerebro como si fueran cajones. Un
recuerdo se parece más a una cosa viva que a una foto, es una
constelación de sinapsis que se activa cuando la evocamos y que en el
mismo proceso de evocación se está modificando.
Escribir un diario o tomar notas es como guardar la llave de acceso al
almacén. Y en el conocimiento de este misterioso proceso puede estar la
clave para frenar el deterioro y enfermedades neurodegenerativas como el
alzhéimer. Según Alberto Ferrús, investigador del Instituto Cajal del CSIC
en un interesante reportaje de XL Semanal:
«El número de conexioneses
determinante en la formación de memorias o la pérdida de recuerdos, y
esas conexiones se pierden a medida que envejecemos. Si pudiéramos tener
cierto control sobre el número de sinapsis (los centenares de millones
de conexiones entre neuronas que se crean o modifican a medida que
aprendemos o memorizamos), podríamos mejorar nuestras capacidades
cognitivas».
LA PASTILLA «ANTIOLVIDO»
La
búsqueda de una sustancia que aumente la memoria de manera efectiva no
ha tenido mucho éxito hasta ahora, pero se siguen buscando nuevas vías.
Por un lado, el investigador de la Universidad de Málaga
Zafar Khan ha encontrado una molécula que multiplica por mil la
memoria. Los ratones normales recuerdan un objeto durante 45 minutos,
pero cuando Khan les administra la proteína RGS14 son capaces de
recordarlo durante 27 semanas. Por otro lado, en el laboratorio de
Alberto Ferrús trabajan con una enzima que incrementa el número de
sinapsis en moscas y ratones. Mediante la inyección de la quinasa PI3K,
el cerebro de una mosca de la fruta rejuvenece creando más conexiones
neuronales. Cuando se inyecta en ratas de laboratorio, el tiempo durante
el que recuerdan un reflejo condicionado por miedo se multiplica por
dos. «También estamos probando con moscas en las que hemos desarrollado
alzhéimer, pero aún es demasiado pronto», explica Ferrús. Y es que
encontrar una molécula que sea administrable en pequeñas cantidades, sin
efectos colaterales y a un precio no prohibitivo es una tarea compleja,
indica el neurocientífico José María Delgado, de la Universidad Pablo
de Olavide, en Sevilla. «Quizá sea incluso un poco ingenuo pensar que se
podrá mejorar la memoria con un solo fármaco», agrega. Por no hablar de
los dilemas morales, como qué pasaría si hubiera una parte de la
población que pudiera pagarse una supermemoria y otra que no.
El neuropsicólogo Álvaro Bilbao, del Centro Estatal de Atención al Daño Cerebral,
trabaja con pacientes con casos graves de amnesia. Muchos de ellos han
sufrido un daño en el hipocampo, la estructura fundamental para la
fijación de la memoria, y son incapaces de generar nuevos recuerdos.
Para la rehabilitación, Bilbao utiliza agendas electrónicas,
herramientas de Google y las redes sociales. Algunos de sus pacientes,
por ejemplo, anotan lo que hacen cada día en una cuenta restringida de
Facebook y el proceso de contarlo y subir fotos mejora su capacidad para
fijar los recuerdos. El proceso se conoce como 'codificación', explica
Bilbao, y es el mismo que ponemos en marcha cuando anotamos la plaza en
la que hemos aparcado, o cuando se hace una chuleta antes de un examen.
ENTRENAR EL CEREBRO ES POSIBLE
En la última década, las empresas que ofrecían aparatos para el llamado brain training
('entrenamiento del cerebro') hicieron fortuna hasta que, en 2010, un
par de estudios pusieron las cosas claras: entrenar una tarea en un
videojuego nos hace muy habilidosos en esa tarea, pero no mejora el
resto de las funciones cognitivas.
En el laboratorio de Bitbrain,
en Zaragoza, un equipo de investigadores realiza otro tipo de
aproximación al problema. La diferencia es que calibran la actividad
cerebral del sujeto y trabajan sobre las características particulares de
sus ondas cerebrales.
Mediante una técnica denominada
neurofeedback, este grupo ha conseguido mejorar hasta un 20 por ciento
la memoria de trabajo de los voluntarios. La persona se sienta frente
una pantalla mientras miden su actividad cerebral mediante un
electroencefalograma (EEG). Javier Mínguez, el ingeniero que ha
desarrollado esa tecnología, está convencido de que en un futuro no
lejano utilizaremos sistemas parecidos para mejorar capacidades a la
carta. «Vivimos en un mundo obsesionado con el culto al cuerpo -señala-.
En la puerta de casa tienes cuatro empresas para reducir la celulitis,
pero no hay nada para desarrollar la mente. El cerebro es el gran
olvidado y desgraciadamente cuando tienes un problema suele ser
irreversible».
Autor: A. Martínez Ron
Fuente ABC.electrónico.
Sandra Tovar Psicóloga
ResponderEliminarEl entrenamiento de la mente y la psicología están íntimamente relacionados, ya que ambos se centran en mejorar la salud mental, el bienestar emocional y el rendimiento cognitivo de las personas.